Por favor, use este identificador para citar o enlazar este ítem: http://hdl.handle.net/20.500.14076/10417
Título : Huaycán : nuevo enfoque para la vivienda popular
Autor : Figari Gold, Eduardo
Asesor : Williams León, Carlos
Palabras clave : Vivienda económica;Construcción de viviendas;Arquitectura
Fecha de publicación : 1987
Editorial : Universidad Nacional de Ingeniería
Resumen : El 4 de mayo de 1984 se creó el Programa Especial de Habilitación Urbana del Área de Huaycán (PEH). El 15 de Julio de ese año las primeras mil familias ocuparon esa quebrada desértica ubicada a 17 kilómetros del centro de Lima, sobre el flanco izquierdo del valle del Rímac. Así se inició este programa piloto de desarrollo urbano promovido por la Municipalidad de Lima con el objetivo de intervenir activamente en el proceso de habilitación popular de las tierras eriazas que rodean la ciudad de Lima. Desde su creación hasta enero de 1987 estuve a cargo de la dirección del Programa. En este documento quiero dejar registrada la experiencia con el ánimo de contribuir a que el urbanismo popular deje atrás las limitaciones propias de la improvisación. Al cabo de dos años y medio el asentamiento se encuentra consolidado. Viven allí 5 000 familias (más de 20 000 pobladores), y se espera llegar a los 120 000 habitantes en los próximos diez años. Está dirigido principalmente a familias pobres que tarde o temprano se integrarían al proceso de asentamiento precario como única forma de obtener un terreno y más tarde edificar su vivienda. Incluye también a sectores de clase media empobrecida que ya no tienen acceso al mercado convencional de tierras ni a los programas subvencionados por el Estado. Su objetivo es poner en práctica, por primera vez en gran escala, un proceso de planificación progresiva y participativa, buscando el encuentro de la práctica popular espontánea con la acción promotora y planificadora del gobierno local. Para su ejecución se cuenta con recursos propios de los pobladores, con aportes de la Municipalidad de Lima a través del Fondo Metropolitano de Inversiones (INVERMET) y con los provenientes de otras fuentes estatales y privadas. Surge como una respuesta a la relación conflictiva que existe entre las políticas oficiales aplicadas por sucesivos gobiernos y la práctica espontánea de los pobladores sin techo, empujados a invadir tierras e iniciar así procesos no planificados de urbanización Esta escisión proviene, entre otras causas, del sentido restringido en que se entiende la vivienda. Entendida como la suma de unidades unifamiliares (en agrupamiento horizontal o vertical), los esfuerzos por resolver su problemática quedan restringidos al estrecho marco de esta pequeña unidad. En tan limitado ámbito es muy difícil lograr avances significativos. Con pequeñas variaciones, el tema se repite desde hace décadas. En nombre de la vivienda de bajo costo, y ahora, de muy bajo costo, se ha degradado la calidad de los servicios, y se ha reducido las áreas hasta límites intolerables. Las recientes urbanizaciones de lotes con servicios expresan precisamente la subsistencia de estos conceptos tradicionales. En ellas se reducen los costos simplificando el diseño urbano hasta convertir las urbanizaciones en sucesiones monótonas e interminables de lotes cada vez más pequeños y profundos. El desarrollo progresivo se entiende como hacer menos de lo mismo: diseños convencionales se subdividen en más etapas, siendo la primera de ellas simplemente el tizado de los lotes o la colocación de redes convencionales de agua y desagüe con conexiones multifamiliares provisionales. Sin embargo, si concebimos la vivienda en el sentido amplio de hábitat, se ensancha el campo de las posibilidades. En esos términos, no es difícil ver que la calidad de la vivienda depende mucho más de la calidad de su entorno, la vecindad, y sus servicios, que del núcleo unifamiliar. Esto plantea una estrategia diferente para encarar el problema de la vivienda. Se trata, en este caso, de orientarse en primer lugar a mejorar la ciudad y sus servicios. Evidentemente, un enfoque de esta naturaleza implica inevitablemente incorporar como protagonista a la población organizada. Para construir y habitar la vivienda unifamiliar basta con tener una familia, para realizar un barrio a través de un proceso de creación colectiva es indispensable la existencia de un pueblo organizado. Huaycán es una propuesta en ese sentido. Propone, en primer lugar, una relación diferente de la autoridad local, los técnicos y la población, a través de un proceso de planificación democrática, con participación protagónica de los principales actores, los pobladores organizados.
URI : http://hdl.handle.net/20.500.14076/10417
Derechos: info:eu-repo/semantics/openAccess
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