Ampliación y mejoramiento de la red de abastecimiento de agua para la ciudad de Celendín

Abstract

Celendín, reconocido como Villa de Celendín, por Resolución Suprema de fecha 19 de diciembre del año 1802; siendo Virrey, Gobernador y Capitán General de las Provincias del Perú el Obispo de Trujillo don Baltazar Jaime Martínez Compañón. El casco urbano es típico español, de Damero, con manzanas de una Hectárea, esta atravesando por la Quebrada de Dungui e Itihuagana, ambas relativamente pequeñas sus calles son amplias, la mayoría están pavimentadas teniendo generalmente 10 m. de ancho. El folklore celendino, que es la manifestación de la cultura popular y que carece de educación sistemática y oficial, se conserva como ingentes minas abandonadas, en toda su extensión. Según el origen mitológico del suelo de la ciudad de Celendín, doña Parlanchina tradición nos cuenta que el suelo de la Ciudad de Celendín fue, en un principio el fondo de una laguna que, según la creencia de los antiguos peruanos, era el espejo del Dios Sol, de su esposa La Luna, y de su prole las estrellas del firmamento. Lucifer, jefe de los demonios, tenía envidia de esta preciosa joya y como le era imposible adueñarse de ella, y trasladarla a su estancia que no es de este mundo, hizo varias tentativas de hacerla desaparecer, y el fin, después de algún tiempo logró su diabólica intención. Cierta noche, con ayuda de su numerosa legión de espíritus malignos, cargó todas las nubes del firmamento, y las depositó en el cielo celendino, ellas cayeron transformadas en infinidad de gotitas de agua que duraron cuarenta días con sus noches, y en vez de dañarlas con su caudal de lágrimas, nuestra laguna se volvió más hermosa que agrado sobre manera al astro rey y a su familia. Esto atrajo más la envidia de Lucifer y busco otra manera de hacerla desaparecer. Nuevamente reunió su ejército de ángeles malos los instruyó mucho tiempo, y se presentó en una noche, cuando la luna y las estrellas estaban de fiesta frente a su linda joya, el jefe maligno y sus secuaces, empezaron a beber el agua de la laguna para secarla, pero la familia. del sol atacaron terriblemente a los glotones y los capturaron fácilmente. Los cautivos espíritus malos, para lograr su libertad, se humillaron ante la Diosa Luna y esta tan piadosa los dejo en libertad. Más Lucifer, olvidó muy pronto el favor recibido de la Luna, y por tercera vez, emprendió su obra malvada pidió auxilio al Dios de los temblores, quien, con su gran poder, sacudió por tres veces a los cerros - que circundan a la Laguna y derribo al más débil al Pallac, por donde se vaciaron las aguas de esta preciosa joya acuática, dando origen al río Shururo (Hoy rio Celendín) el que desemboca en el río La Llanga. Al encontrar seca su hermosa laguna, el sol lloró amargamente todo ese día, depositando sus cristalinas lágrimas entre los cerros Pilco y San José dando origen al rio Itihuagana, el que atraviesa la ciudad en escuadra para unirse con el río Grande.