Control de calidad de estructuras de concreto reforzado - materiales

Abstract

Si vemos el problema que representa las edificaciones, podemos decir desde mi punto de vista general, que toda obra de construcción obedece a m determinado propósito de uso, y podemos dividirla operativamente en dos fases: La etapa de proyectos o proposiciones y la etapa de ejecuciones. En la primera fase se formula en el papel los supuestos arquitectónicos y estructurales que se consideren convenientes; en la segunda se materializa en el terreno todas las ideas, y la mano del hombre con los recursos tecnológicos, construye las formas, distribuyendo los espacios y volúmenes imaginados previamente. Es muy importante, que entre las dos grades etapas mencionadas exista una conveniente armonía, es decir, la acumulación de las ideas a la posibilidad de la ejecución y la fidelidad de la construcción a la concepción previa. Sin embargo, esta armonía no debe ser tomada como una pauta totalmente rígida. Por una parte, la creatividad de arquitectos e ingenieros puede romper con los cánones convencionales de concepción y de ejecución de obras de concreto, lo cual sería conveniente que sucediera con cierta frecuencia, teniendo sumo cuidado que un exceso imaginativo o un exagerado deseo personalista lesione la economía de la obra, o su seguridad. Por otra parte, la realización de una obra exige a veces adaptarse a condiciones imprevisibles y por tal causa contradecir o modificar ocasionalmente algún aspecto del proyecto. Pero una y otra excepción sirven para corroborar la validez de la regla general: una buena construcción debe significar la fácil y armónica sucesión relacionada de la etapa de los supuestos de la fase de ejecución. Otra observación importante, relativa a la afirmación establecida al comienzo, se refiere a la complejidad de cada uno de los procesos, tanto el especulativo como el resolutivo. Imagina, proyectar y calcula una obra significa un difícil ejercicio. Hay que partir de la base de unas teorías estructurales, del conocimiento de unos materiales de construcción, de la experiencia de técnicas constructivas, disponibilidad de equipos, sumar a eso los datos del medio ambiente, adecuarlo todo al propósito funcional de la obra, relacionarlo con los seres humanos que serán sus usuarios, y enmarcó el conjunto dentro de los límites económicos disponibles. No sería posible llevar a cabo todas esas tareas, cada una de ellas ya de gran responsabilidad y dificultad, si no aplicarlos al proceso algún sistema de control que nos permita medir cualitativa y cuantitativamente el acierto m cada una de las partes y el buen entendimiento entre más y otras facetas del Proyecto. Construir una obra es una compleja tarea en la que se conjugan simultáneamente aspectos teóricos, manejo de equipos dirección de obreros y especialistas, dominio de técnicas organizativas, economía de tiempo y recursos. Tarea de tal complejidad es sólo realizable con éxito si aplicamos en su ejecución algún sistema de control que nos permita calibrar el buen desempeño de todas y cada una de las fases y de su organizada relación. El sistema de control le hace necesario para lo complejo del problema. La complejidad surge como consecuencia de la dificultad de cada aspecto particular y de la dificultad para relacionar estar particularidades, tanto bajo el punto de vista económico. Sólo un adecuado sistema de control puede constituir la garantía de la calidad y del éxito de una obra.