La extracción de almidón de camote en el Perú

Abstract

A estimulo de la energía solar, los vegetales realiza en la Naturaleza la maravillosa transformación de lo mineral en lo orgánico. Mediante la función clorofílica, las partes verdes de la planta captan el CO2 del aire y lo descomponen, exhalando el 0 f incorporando el C a su propio organismo, para elabora así, en sutiles reacciones bioquímicas, las variadas sustancias indispensables para la nutrición animal y para el mantenimiento de la vida en el pileta. Privado de esa formidable acción biológica, el almidón está ampliamente difundido en el reino vegetal. Las materias amiláceas constituyen una considerable reserva de carbohidratos contenida en el organismo de las plantas. Se encuentra en la corteza de tallos y ralees, se achulan en tubérculos, se concentra en las semillas y frutos, mientras sus formas transicionales se difunden en las hojas verdes, circulan en el látex o aparecen como diminutos corpúsculos incluidos en las celdas vegetales. Varía notablemente la proporción de almidón en las plantas y su contenido en las diferentes partes del organismo vegetal. Se encuentra en los granos de cereales en la subida proporción del 70 %, ciertas raíces y tubérculos contienen ^ 25 a 3® %> lo mismo que la medula de algunas palmeras y otras selectas estructuras vegetales; en proporciones menores, siempre es grande la difusión del almidón en el mundo de las plantas. En la planta viva, el almidón se forma dentro del protoplasma celular como transformación de los corpúsculos de clorofila. Las inclusiones celulares llamadas "plastidos" o "leucitos" cargadas de clorofila (cloroleucitos), se convierten en gránulos de almidón (amiloleucitos), como resultado de w proceso bioquímico substancial en la vida vegetal. Estos gránulos amiláceos, al principio pequeños y numerosos, se desarrollan hasta ocupar casi todo el citoplasma como una masa compacta; tal ocurre en las semillas de arroz, avena y demás cereales, en tuberosos como la papa y el camote, en raíces tuberiformes como la yuca o en tallos como el de la palma sagú. No se conocen con precisión científica las diversas etapas del proceso que culmina con la producción de almidón, como resultado de la acción de la luz solar sobre las partes verdes del vegetal, cumpliéndose en la Naturaleza esa trascendente función clorofílica mantenedora de la vida. El maravilloso poder de trasformar lo mineral en lo orgánico es un atributo de las plantas, que se ejerce mediante un mecanismo íntimo todavía desconocido en la Ciencia. Numerosos experimentos prueban que la absorción de CO2 y su descomposición subsiguiente sólo se verifican por mediación de la clorofila y en presencia de la luz. Son muy interesantes las investigaciones bioquímicas realizadas con el fin de conocer la verdadera naturaleza de la clorofila y revela todo el proceso de la fotosíntesis. Se acepta que la clorofila no es una sola especie química definida y se la concibe como un estérido complejo integrado por varios pigmentos en diversos grados de oxidación. Hay razones para aceptar que uno de los primeros productos que se forman sea el formaldehido, que se polimeriza y da lugar a glúcidos como almidones y azúcares. Es evidente que los cloroleucitos se transforman en gránulos amiláceos, en entidad proporcional al CO2 desdoblado y de acuerdo con la intensidad de la energía luminosa. Al estado natural, el almidón se presenta en gránulos dotados de una estructura que le es es propia, ya sea cuando constituyen aisladas y diminutas inclusiones celulares o cuando se condensan en las semillas o en compactos tubérculos.