Proyecto de irrigación

Abstract

”Cuán fructífero es el terreno más pequeño si se le sabe cultivar” Así rezan las palabras de uno de los más grandes poetas que ha producido la humanidad y padre de la poesía alemana: GOETHE. "Habrá barriadas, mientras no se tonifique la vida provinciana y no se mueva ocupación en los villorios y en los campos sustentados por una sola cosecha dependiente de la lluvia, a pesar de la relativa facilidad de irrigación de la Sierra” (Fragmento de un discurso del Arq. Fernando Belaúnde en una manifestación política) Estas dos grandes verdades, nos refieren en primer lugar, las ingentes posibilidades que nos brinda la Naturaleza para hacerla producir al máximo y agenciarnos de este modo los elementos necesarios y suficientes que aseguren nuestra subsistencia digna y feliz; en segundo lugar, la realidad latente que vive nuestra patria por la falta de trabajo y producción, enfocada acertadamente por un gran catedrático de nuestras aulas. De ambas lecciones, sacamos conclusiones provechosas en cuanto a lo que podemos hacer y debemos hacer. Efectivamente, la peculiar situación de nuestra patria por la presencia de la Cordillera de los Andes y la existencia de las tres regiones naturales, nos permite ejecutar grandes obras de Irrigación y obtener productos de los más variados, para finalmente poder hacer frente a la pobreza y falta de recursos de nuestra patria considerada en la actualidad como uno de los países peor alimentados del Mundo, y además dar ocupación a un gran porcentaje de la población que hace denodados esfuerzo por supervivir. Si miramos hacia el pasado, notaremos que este mismo Perú, vivió orgulloso y contento en aquel glorioso "Imperio de los Incas” indudablemente que fue otro y muy diferente al actual, mucho más habitado, pero sin la desnutrición de nuestros días, sin la esclavitud del hombre por el hombre, y sin la existencia del comercio con el exterior que hoy en día alivia en parte nuestra economía, superó todos sus problemas económicos y sociales mediante una sabia organización y el concurso desinteresado de todos sus hijos. De todo lo dicho anteriormente, concluimos: Que la Naturaleza generosa como siempre, está dispuesta a ofrecernos todo lo que podamos sacar de sus entrañas con nuestro esfuerzo; y que, por otro lado, este esfuerzo debemos desplegarlo con la urgencia que requiere el caso, para sacar de su agonizante situación a nuestra patria. Tócanos entonces emprender esta ardua labor, a todos los peruanos sin excepción, y siendo los técnicos y profesionales los que llevan la mayor responsabilidad en esta cruzada, en consecuencia, tengo que apelar al patriotismo de cada uno de ellos para invocarles que ya en el ejercicio de la profesión, no se alejen de nuestra patria que tanto nos necesita, y recordarles al mismo tiempo que tenemos la, obligación de alimentar a nuestros hermanos.