Hacia una comprensión de la tridimensionalidad.

Abstract

Toda obra arquitectónica, observada desde el exterior posee un resultado formal volumétrico que no puede obviarse, pues ya lo decía Le Corbier: La arquitectura no deja nunca de ser el juego magnífico de volúmenes ensamblados bajo la luz» y por lo tanto en el proceso creativo arquitectónico deben, irse conjugando continuamente las exigencias de la forma espacial y de la forma volumétrica, como decía Luis Miró Quesada Garland en su Introducción al diseño arquitectónico. Sin embargo, existen dos puntos sobre este tema formal de la arquitectura que quisiera tocar en este informe: El primero es que si bien los arquitectos nos encargamos de crear estas formas que podrían ser vistas como las esculturas que conforman la ciudad, deberíamos entender también como es que estas formas son asimiladas en un ser común y comente que puede tener o no tener estudios superiores, ser hombre o mujer, ser católico, o evangélico, que es al fin el sujeto para el cual estamos diseñando. El segundo es que, si bien es cierto, a nosotros arquitectos nos enseñaron la manera racional de cómo enlazar las respectivas funciones que se dan dentro de los espacios, las medidas correctas de los ambientes, la antropometría humana, los métodos de construcción, los materiales de acabados y los presupuestos, entre otras cosas, quizás este aspecto formal que hablábamos anteriormente posee la arquitectura, a pesar de tocarse en cada taller de diseño , no existe como un manejo racional y es más bien tocado de acuerdo a la sensibilidad de cada alumno. Lógicamente el Juego formal de volúmenes y formas tiene que ver directamente con la sensibilidad de cada ser humano y con mucha más razón con la del arquitecto, pero este debería ser llevado con mayor dedicación y énfasis tratando de que este manejo no se convierta tan solo en la realización de la sensibilidad particular del arquitecto diseñador. A propósito de este punto, el presente, informe trata, aunque aun incipientemente de cómo podemos comprender y cómo podemos aprender este desarrollo formal del diseño formal tratando de colaborar mediante los experimentos realizados con la constante búsqueda que día a día efectúan los profesores de diseño por hacer que comprendamos y manejamos coherentemente las formas arquitectónicas. Este informe consta de cuatro partes; la primera de ellas trata sobre generalidades de este mundo formal y tridimensional, la segunda parte trata temas relacionados a como un ser humano comienza a aprehender la forma. cómo se desarrolla la percepción de esta en él, la tercera parte consta de algunos puntos de cómo el hombre pudiera aprender y obtener conocimientos que lógicamente tienen que ver el área pedagógica que no llevamos en las aulas de preparación para arquitectos y con esto quiero contribuir aportando conocimientos, aunque generales pero recogidos en la experiencia de m, trabajo. La última parte consiste en la descripción y análisis, de un curso que se dicta actualmente y que trata sobre la comprensión del mundo tridimensional que s, bien no está dirigido a arquitectos, tiene como alumnos a diseñadores gráficos, alumnos involucrados con este gran campo que constituye el diseño.