Problemas especiales en el mantenimiento de la vía férrea y obras civiles del ferrocarril central

Abstract

Haciendo una breve reseña histórica, podemos encontrar que el hombre y las sociedades mediante el progreso científico y tecnológico han venido renovando incesantemente los métodos y sistemas de producción y transformación de bienes y recursos naturales para satisfacer sus necesidades, cada vez más satisfechas pero a su vez más exigentes debido a la heterogeneidad de sociedades con sus problemas diversos que conllevan, de carácter social, económico y político; tratando finalmente de lograr un mejor bienestar para sus habitantes y así alcanzar un mundo de paz y prosperidad como objetivos de su existencia. Dentro de este panorama global de creación y producción de bienes de consumo, se nace imprescindible el intercambio o comercialización de dichos bienes de una región a otra, dado que es poco probable por no decir imposible que estos sean producidos y/o transformados en su totalidad para satisfacer las necesidades de una sola región, aunándose él: hecho de que las sociedades civiliza das para llamarse o ser tales, también requieren satisfacer otras necesidades, como: educación, cultura, información, recreación, etc., o bienes de consumo espiritual e intelectual. Es así que para lograr la comercialización de los productos requeridos, se hace imprescindible la existencia de una actividad económica de servicio, que es el TRANSPORTE, actividad inherente a la existencia del hombre y que ha ido renovando y modernizándose mediante la ciencia, hasta alcanzar a tener en nuestros días medios de transporte especiales propulsados por energía nuclear. EL TRANSPORTE TERRESTRE, fuente originaria y principal forma de la actividad humana y económica del TRANSPORTE, igualmente ha ido evolucionando desde la Edad Antigua con el transporte manual y empleo de acémilas, y que paradójicamente subsisten en países subdesarrollados, hasta que la invención de la rueda revoluciona el transporte de aquella época, trayendo necesaria consecuencia la construcción de las primarias infraestructuras o trochas carrozables que permitieran el tránsito, siendo famosas las construidas por el Imperio Romano en su afán conquistador, caracterizándose las importantes por tener superficie de rodadura con lajas de piedra y los puentes de mampostería de piedra con estructura en arco. Durante la edad media no existió mayormente auge ni cambios sustanciales en los medios de transporte terrestre existentes, época donde tuvo apogeo la actividad económica extractiva minera, y en la que por necesidad de transportar los minerales de los socavones a la superfina cie terrestre se utiliza los "boggies" o carritos de empuje traccionados manualmente sobre vías de fierro, y que posteriormente servirán de modelos para tender los primeros caminos de metal sobre los que transitarían coches traccionados con fuerza animal. Es a fines del siglo XVIII, cuando la industria metal mecánica inglesa fabrica las primeras LOCOMOTORAS utilizando como fuente energética propulsora el carbón, y el TRANSPORTE FERROVIANO toma auge a nivel mundial tendiendo se ferrovías en toda Europa, Asia y América, siendo el Perú, pionero país en América Latina que inició la construcción y elaboración de vastos proyectos ferrocarrileros. A fines del siglo XIX y principios del siglo XX, toma primacía en la economía mundial la explotación a gran escala del petróleo, combustible que hasta entonces solo era utilizado para fines artesanales y medicinales; en consecuencia, el TRANSPORTE FERROVIANO se ve impulsado mediante la tecnología industrial que fabrica locomotoras de gran potencia y rendimiento al ser estas propulsadas por calderas alimentadas con petróleo, y se amplían aún más las redes ferroviarias existentes en el mundo. Simultáneamente se inicia la industria de tipo AUTOMOTRIZ, que originalmente produce vehículos de recreación mas no de necesidad individual o colectiva, debido a su bajo rendimiento y elevado costo de fabricación, operación y mantenimiento. Dos hechos de importancia acaecidos en el presente siglo, como fueron la primera y segunda Guerra Mundial, determina necesaria consecuencia un avance gravitacional de la ciencia y tecnología para fines militares que se tradujo en un repunte de la industria automotriz y la aeronáutica comercial, convirtiéndolos progresivamente en medios de transporte necesarios, de importancia y predilección debido a las mayores ventajas propias ofrecidas, tales como: mayor funcionalidad para penetrar en terrenos difíciles, menor costo inicial de la infraestructura consistente en carreteras, menor tiempo de transporte, etc.; cualidades técnico y económicas requeridos por un mundo que cambiaba la fisonomía política, económica y social , el cual necesitaba de mayor impulso y que los nuevos transportes automotor y aeronaval estaban en condiciones de ofertar. Consecuentemente, el ferrocarril es relegado por el transporte terrestre, el cual es cada vez más modernizado tanto en su propio diseño como en el de su infraestructura vial consistente en carreteras, convirtiéndose en una especialidad para la Ingeniería Civil por la alta tecnología requerida para obtener carreteras y pavimentos eficientes y económicos, a servir a un transporte automotor en condiciones cada vez más exigentes. Es así como el ferrocarril entra en crisis a nivel mundial mostrando como efectos indicadores: quiebras, nacionalizaciones, remociones diferidas y sensibles pérdidas de tráfico, consecuencia adicional de un excesivo desarrollo previo y el desfase de los otros medios de transporte; siendo fundamental anotar que no ha sido el ferrocarril en sí mismo quién entró en crisis, sino su estructura jurídica-económica y financiera. Naturalmente que la crisis del ferrocarril, se acentúa en los países en vías de desarrollo, motivado por el orden económico imperante en el que la energía principal "petróleo” es explotado y comercializado por monopolios de empresas transnacionales, sistema que repercute negativamente en el progreso tecno-económico de estos países, particularmente de su industria pesada.