Estudio de la extracción supercrítica como alternativa tecnológica

Abstract

Desde fines del siglo XIX, gracias a los científicos británicos Hannay y Hogart, se sabe que un gas sometido a ciertas condiciones de alta presión y/o temperatura, que hoy se llaman supercríticas, puede disolver un sólido y, por consiguiente, también un líquido. Concretamente en el informe de ambos, el gas era el dióxido de carbono (C02) y el sólido era el naftaleno. Las dificultades de alcanzar en la práctica las condiciones supercríticas y de explicar dicho comportamiento de acuerdo con las teorías de los gases, hicieron que no fuera sino hasta 1960 en que los estudios del comportamiento gaseoso supercrítico comenzaron a generalizarse en el mundo desarrollado. Siendo, en consecuencia, enfocado como un proceso de extracción "avanzado" o "no tradicional", utilizando básicamente el C02 como el "agente extractante no tradicional" o Fluido Supercrítico, por ser el nuevo proceso a condiciones supercríticas. Ante la necesidad de nuevos procesos que contribuyan a la preservación de la salud de las personas, especialmente a los consumidores por estar directamente en contacto con los productos comerciales, junto con la del medio ambiente, a través de la adopción de las tecnologías verdes, que permitan el uso de nuevos disolventes inocuos, más eficaces y fácilmente recuperables, se lleva a cabo en Estados Unidos, Europa y Japón, desde hace unas cuatro décadas, intensa investigación de alternativas tecnológicas "amigables" a los ecosistemas. Como consecuencia de esta labor investigadora se ha desarrollado y se viene aplicando la técnica denominada Extracción con Fluidos Supercríticos o simplemente Extracción Supercrítica (ESC), en inglés es SCF, basada en el uso, como agente extractor o separador, de un Fluido Supercrítico (FSC). Desde los años 80 se aplican procesos a gran escala de extracción supercrítica, siendo uno de los más exitosos la obtención de café descafeinado, del cual sólo en la planta de Bremen - Alemania se producen 60 000 ton / año. Desde el año 2000, la cromatografía supercrítica compite con cualquier otra técnica cromatográfica, como la HPLC, igualando o superando sus resultados; así como también se está diversificando la aplicación a escala industrial de la extracción supercrítica a procesos donde las técnicas convencionales poseen poca ninguna eficacia; por citar algunos: la elaboración de materiales en formas de nanoesferas, polímeros y copolímeros de muy alta pureza, recuperación de monómeros y oligómeros de polímeros u otros materiales. Finalmente, se están llevando a cabo estudios para efectuar reacciones químicas utilizando los FSC como medio de reacción, que favorezca la cinética y los rendimientos de los productos.